jueves, 7 de agosto de 2014

Ons



Cualquier sitio es bueno para sacar fotos, incluso cuando te encuentras perdido en medio de la nada. 


Pequeños pueblos gallegos que parecen todos iguales, pero cada uno tiene su propio encanto. El mío se llama Ons, está perdido en un monte sin cobertura, donde viven cinco familias, contando con la mía, en el cual si no pasas la tarde en el único bar que hay o sentado en las gradas de un campo de fútbol abandonado, pues no hay mucho más que hacer. 

Yo opto por coger mi cámara y caminar por los infinitos caminos de tierra que te llevan hacia el río en busca de cualquier rincón bonito que merezca ser fotografiado. Y así acompañada de mis seis primos pequeños me paso yo buena parte del mes de agosto. 
























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